Un resiente estudio realizado por pediatras argentinos, reveló la importancia de la aplicación de dosis de refuerzo a menores de entre tres y 11 años de edad para combatir la COVID-19.
En Argentina, los menores de este rango de edad recibieron un esquema de protección de dos dosis de vacunas, lo que fomentó que la hospitalización en la niñez disminuyera, la aparición de la sub- variante de coronavirus ÓMICRON, causo un gran problema debido a que las vacunas aplicadas no protegían en su totalidad a ningún ciudadano vacunado incluyendo a los menores.
La vacuna aplicada a la niñez en Argentina no era suficiente para contrarrestar los efectos derivados de ÓMICRON, sin embargo, en ese momento el ministerio de salud, no autorizó la aplicación de un refuerzo, bajo el argumento de que no se había probado su efectividad.
Un estudio realizado en la provincia de Buenos Aires y próximo a ser publicado en la revista médica británica, The Lancet, en el que participaron las doctoras Alejandra Gaiano, Teresa Varela, entre otros, reveló que la protección de las vacunas aplicadas a los niños el año pasado, disminuyó al 58 por ciento su efectividad cuando fueron expuestos a la variante ÓMICRON.
Los expertos aseguran en que es necesaria la autorización de una dosis de refuerzo a menores de entre 3 y 11 años para proteger su salud y evitar que estén expuestos al coronavirus en cualquiera de las variantes conocidas, insistieron en que dicho refuerzo no va afectar su salud en ninguna manera.
Por su parte la farmacéutica Pfizer, obtuvo la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, para aplicar vacunas de refuerzo contra la COVID-19 a menores sin problemas de salud de entre cinco y 11 años de edad, que permitirá acelerar anticuerpos para contrarrestar los efectos de ÓMICRON.
