Hace dos años, la señora Sarita Cruz Garcia, entró a trabajar vendiendo congeladas en Cuernavaca por necesidad, pues necesitaba dinero y algunos amigos le dijeron que ahí se ganaba bien.
“Si me iba más o menos, gracias a dios sí. Esta época (de calor) es en la que más se vendía, aunque se gana más en mayo. A veces me sacaba hasta 300 pesos al día, pero ahorita solo cien diarios, está muy baja la venta”.
La señora Cruz vive en Temixco y recorre a diario la avenida Atlacomulco, el Centro de Cuernavaca y el mercado Adolfo López Mateos, pues ella no puede quedarse en casa.
“Tengo que trabajar, de mí depende su hija y su nieto. A veces camino del Centro a la Luna también; tenemos que trabajar y ahí vamos más o menos. A las personas que están desesperadas pues que trabajen para que no caigan en desesperación y no anden robando”.
Después la señora Cruz tomó su carrito y siguió su camino hacia el mercado, pues en el Centro de Cuernavaca no encontró muchos clientes y fue en búsqueda de más.