Con datos analizados desde 1950, científicos aseguran que los próximos huracanes presentarán una desaceleración, lo que significa que podrían causar mayor destrucción y devastación a su paso.
El calentamiento global está provocando cambios significativos en la naturaleza, principalmente en los huracanes.
Asimismo, aseguran que no importa cuán rápidas sean las velocidades del viento sino la tormenta aún puede ser lenta.
Un ejemplo claro fue el huracán Dorian en 2019, causó ráfagas de 295 kilómetros por hora, pero avanzó a sólo unos pocos kilómetros por hora. Lo que provocó mayor maltrato en propiedades y personas.
“Nuestras simulaciones sugieren que el calentamiento antropogénico futuro podría conducir a una desaceleración significativa del movimiento de huracanes, particularmente en algunas regiones pobladas de latitudes media” anunció Gan Zhang, climatológico de la Universidad de Princeton.
