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Conmovido por foto de niño estudiando en la banqueta, millonario le regala casa

Hace ya un par de meses la imagen de un niño peruano que estudiaba bajo las lámparas de la calle en la banqueta se volvió viral, testigos aseguran que la casa del menor de edad era tan humilde que no contaban con servicios de luz, pero a pesar de ello, las ganas de superación del niño no le impedían realizar sus labores escolares.

La historia del niño rápidamente le dio la vuelta al mundo, al grado de llegar a oídos de un multimillonario árabe, quien decidió viajar al país de Centroamérica para así conocer al muchacho y ayudarlo.

Algo que nos es muy común, es una de la pocas historias que todos desearíamos que se repitieran.

El empresario bahrainí  Yusuf Ahmed Mubarak, de 31 años, le pidió a su asesor, Gilberto Rosas Landa,  quien por cierto es mexicano, que ubicara al pequeño.

Gilberto inició la búsqueda. Primero contactó al Ministerio de Educación de Perú, pero le respondieron que desconocían el caso. Luego viajó a Perú para buscar municipio por municipio hasta que se encontró con el director de la escuela Ramiro Aurelio Ñique Espíritu. ¡Bingo, el colegio donde estudia el protagonista de la foto!

Martín Angulo es el nombre del estudioso pequeño y vive en la localidad de Moche Perú. Con esta información, el empresario Yusaf Ahmed viajó a tierras sudamericanas. Cuando conoció la situación del niño ofreció construirle una casa de dos pisos e instalar un negocio para su madre, pero no solo eso, también está remodelando y ampliando su escuela y se comprometió a implementar una sala de computadoras.

¿Qué pidió este generoso “príncipe árabe” a cambio? Simplemente que sacara buenas calificaciones y que le invitara un almuerzo en diciembre próximo  cuando regresará a Perú a ver cómo quedó su buena obra.

Obviamente la noticia se corrió y fue abordada por todos los medios de su país. Ahora le llaman “Embajador de la lectura”.  Y sí, fue un hecho inusual, la tesón de un niño tocó el corazón de alguien con más suerte, muy muy lejos de ahí.

Ojalá algún día en nuestros países latinoamericanos exista menos desigualdad social y más oportunidades para pequeños como Martín, que simplemente quieren ser personas de bien.

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